Alfonsín sin edulcorante

  • Por Juan Francisco Vilches -
  • Publicado el 08/04/2019

“Nos fue difícil encontrar voces críticas sobre Alfonsín. Si este documental lo hubiéramos hecho 25 años antes, tal vez hubiera sido difícil encontrar voces a favor”, manifestó el periodista juninense Christian Rémoli en la sala Multiplex de Belgrano, antes de la primera proyección de “Raúl. La Democracia desde adentro”, en el marco del BAFICI. Asentía junto a él Juan Baldana, codirector y coproductor de la obra.

El riesgo de una mirada demasiado indulgente o edulcorada de Alfonsín es bien sorteado por los realizadores. Hay una mirada de empatía pero la vez crítica con las acciones de gobierno. “Raúl…” muestra cómo un hombre del interior bonaerense, campechano por momentos, abogado de poco apego al dinero y político de raza, pasa de su Chascomús natal a convertirse en Presidente de la Nación durante casi seis convulsionados años.

Los entrevistados, desde Mario Broderson a Hugo Moyano, van contando la historia -donde se destaca la mirada de Eduardo Anguita-. Las imágenes históricas, muchas desconocidas y de gran calidad, enriquecen el relato. Un acierto de la obra es el recurso de pintar consignas en las paredes (la manifestación política por excelencia en aquellas épocas sin redes sociales) apuntalando la narración.

La luminosidad de la épica del triunfo ante un peronismo hasta entonces imbatible, el ejemplar Juicio a la Juntas, la primavera alfonsinista con el principio del plan Austrual, el conmovedor discurso crítico hacia Estados Unidos en la mismísima a Casa Blanca y en la cara de Reagan, se va oscureciendo con el levantamiento carapintada, la vergonzosa Ley de Obediencia Debida, la impotencia del manejo de la economía y la inexplicable inacción en La Tablada, hasta la soledad de los últimos días de gobierno, narrada con una tristeza descarnada por Luis Brandoni. Finalmente, se rescata al hombre que luchó por la democracia, que no dejó por un minuto su militancia y que más allá de su honestidad –otro intento de edulcorarlo- fue uno de los grandes actores políticos del siglo XX. Tal vez una deuda del trabajo sea no haber mostrado los últimos años de Alfonsín, también controvertidos y polémicos. Seguramente será un próximo desafío.
El guión del talentoso Carucha Dejtiar, sin baches; la excelente música de Eugenia Blanco y el juninense Pablo Nomdedeu; y la fotografía de los realizadores terminan de elevar al documental a la categoría de arte.

 

 

Como anécdota, la grieta llegó a la sala del Bafici. Al finalizar la proyección, se permitieron unas preguntas. Allí, una mujer criticó duramente a Leopoldo Moreau por pertenecer hoy a un espacio opositor al radicalismo. Esto generó una discusión con otras personas que defendieron al diputado nacional y recordaron que muchos radicales actualmente están con Macri, cuando Alfonsín había dicho que el actual presidente era un límite. Remoli manifestó entonces que los testimonios no se eligieron por posiciones políticas sino por haber compartido con Alfonsín, en el caso de Moreau o Storani, gran parte de su carrera política. Fue un final de jornada tenso, interesante, polémico, que seguramente le hubiera gustado al Alfonsín real –visceral y peleador- que tan bien reflejó “Raúl. La Democracia desde adentro”.