Massa, Kicillof, Máximo Kirchner y De Pedro salen a la cancha

  • Publicado el 02/07/2023

A una semana exacta del frenético cierre de listas que dio vuelta el escenario electoral, los principales candidatos de Unión por la Patria se pusieron a patear el territorio bonaerense. Fue el puntapié de una campaña descentralizada, abocada a hacer pie en el conurbano a partir de diferentes actos y actividades protagonizados por Sergio Massa, Axel Kicillof, Wado de Pedro y Máximo Kirchner. Comenzó en Hurlingham, con la dupla De Pedro-Kirchner respaldando la candidatura de Damian Selci y pidiendo por la presencia activa de Cristina Fernández de Kirchner en la campaña: "Necesitamos a la compañera", expresó el diputado nacional. La hiperactividad electoral continuó, luego, con el recorrido de Massa por San Martín y finalizó con un gran acto de unidad en Merlo, en donde Kicillof se reunió con el ministro de Interior y el presidente del PJ bonaerense para acompañar el lanzamiento de la candidatura de Gustavo "Tano" Menéndez. "No vamos a ser nunca más una colonia, unión por la patria", exclamó Kicillof, mientras la militancia coreaba "Patria sí, colonia no" y hacía de Merlo el kilómetro cero de la campaña bonaerense.

Eran pasadas las seis de la tarde en el club Ferrocarril Oeste de Merlo y la militancia se impacientaba. Había sido una semana intensa: la noticia de que Eduardo "Wado" de Pedro no sería finalmente el candidato presidencial había caído como una bomba en gran parte de la militancia kirchnerista, pero había impactado profundamente en Merlo, en donde el ministro de Interior había pasado mucho tiempo. Gustavo Menéndez había sido uno de los principales armadores del ministro de Interior en el territorio bonaerense cuando éste había comenzado con sus primeros actos y actividades de campaña en la Provincia de Buenos Aires. "Nosotros queríamos a Wado. Y Massa... bueno, mientras siga estando con todos los compañeros va a estar todo bien", explica una militante que, cuando De Pedro ingrese al club, cantará: "Wado, Wado, olé, olé, olé". A unos metros, un dirigente local agrega: “Wado va a quedar en el corazón de muchos acá, no nos vamos a olvidar”.

El comentario picaba en punta entre les dirigentes que estaban arribando al acto en Merlo, así como otres que habían estado horas antes en Hurlingham. La mayoría había estado haciendo campaña por él hasta la semana pasada. “Se juega mucho en esta elección. Del otro lado, la oposición propone nacionalizar el caos y la represión de Jujuy. Así que hay que militarla con toda”, reflexionó uno de los candidatos de UxP que, solo un mes antes, aseguraba que era “imposible” votar a Massa. “Somos un frente con divisiones y esta es la unidad que se logró”, se encogió de hombros, mientras tanto, otra dirigenta nacional. Por fuera de la resignación incómoda, sin embargo, había algunes que se mostraban resolutivos e, incluso, entusiasmados: predominaba la sensación de que tal vez ahora que se había resuelto la guerra interna por las candidaturas se podría soñar con un triunfo en noviembre. “En el peronismo los cuadros políticos somos así: primero discutimos, porque muchos estábamos más cerca de la otra opción, pero cuando la conducción decide nos ordenamos”, sintetizó, resueltamente, un importante dirigente bonaerense.

Unidad en Merlo

"Esta es una elección decisiva. A diferencia de 2015, cuando Cambiemos tenía un guión de campaña en el que decía que nos iban a dar más Educación y salario, que la revolución de la alegría y pobreza cero, ahora dice la verdad. Se les cayeron las caretas. Esta vez la derecha dice que va a ajustar, que va a quitar derechos, que viene por menos Educación, menos Salud y menos obra pública", advirtió Axel Kicillof, apenas fue su momento de hablar. De vez en cuando era interrumpido por algunos chillidos que retumbaban de manera ensordecedora en las paredes del club. Estaba acompañado por Máximo Kirchner (cabeza de la lista de Diputados por PBA), Wado de Pedro (cabeza de lista de Senadores por PBA), la senadora (y candidata) Juliana Di Tullio, Karina Menéndez (hermana del "Tano" que estuvo reemplazándolo en la intendencia durante el último para de años) y la precandidata a diputada nacional, Roxana Monzón. Además de, claro, el anfitrión y candidato a intendente de Merlo.

"Este es un año en el que tenemos que decidir para qué lado vamos a ir", continuó el gobernador bonaerense y, valiéndose de una comparación que será uno de los ejes de campaña de UxP de acá a agosto, advirtió que de un lado estaba "el ajuste y la represión" de Juntos por el Cambio y, del otro, "el futuro": "Nuestro pueblo no quiere ir más a la derecha ni para atrás, sino para adelante al futuro conquistando más derechos para los que menos tienen", aseguró. Ya sobre el final, casi afónico, exclamó: "No vamos a parar ni un minuto hasta conquistar la victoria, compañeros".

"Me llena de esperanza que estén acá. Porque sé que muchos de ustedes no la están pasando bien pero si están acá es porque quieren seguir militando y eso nos llena de energía a aquellos que levantamos la voz cuando entendimos que nuestro gobierno estaba cometiendo errores", comenzó, por su parte, Kirchner. El presidente del PJ bonaerense había sido uno de los últimos en llegar a Merlo ya que, como De Pedro y Di Tullio, había estado unas horas antes en Hurlingham por el acto de lanzamiento de Damián Selci, quien está compitiéndole en una interna al actual intendente, Juan Zabaleta. Si el de Merlo había sido un acto que apuntaba a reforzar la idea de unidad de UxP - aunque no estaban presentes ni Victoria Tolosa Paz ni Santiago Cafiero, quienes integran la lista de diputades nacionales -, el de Hurlingham había representado toda una demostración de fuerza de La Cámpora y el cristinismo duro.

En Hurlingham, solo unas horas antes, Kirchner le había pedido a su madre, la vicepresidenta, que se sumara a la campaña. "Les traigo el saludo de la compañera Cristina. La quise convencer (de venir), pero no pude. Yo les quiero preguntar: ¿Ustedes tienen ganas de que se meta en la campaña Cristina?", preguntó, y la militancia kirchnerista le respondió coreando "Acá tenes a los pibes para la revolución". En medio del canto, el diputado apuntó: "Que recorra los lugares y nos dé una mano la compañera que la necesitamos".

Quien recibió la presentación más cálida, sin embargo, fue Wado de Pedro. "Un dirigente que si Cristina le decía que fuera presidente o intendente de San Andrés de Giles decía que sí. Un dirigente que hizo exactamente lo que dijo que iba a ser", lo introdujo el "Tano" Menéndez, quien ofició de presentador durante todo el acto. "Esto recién empieza", comenzó deslizando De Pedro, cuando la militancia comenzó a corear su nombre. Era la segunda aparición pública del ministro de Interior desde que había declinado su candidatura presidencial en favor de la de Sergio Massa y tanto Menéndez, como Máximo Kirchner y Axel Kicillof aprovecharon para destacar el gesto.

"Esta pelea es importantísima. Está en juego ver cómo nos sacamos de encima al FMI, está en juego la administración de nuestra riqueza, el que nuestros recursos naturales no estén a favor de las multinacionales sino del interés del pueblo. Por eso le pusimos UxP porque nuestro proyecto político se compromete a defender la soberanía nacional", cerró el ministro de Interior en un discurso que fue más bien breve. De Pedro fue, sin embargo, el único que mencionó abiertamente la necesidad de militar la fórmula Sergio Massa-Agustín Rossi: "Vamos con Sergio, con Rossi, con Axel, con el Tano. Vamos a cambiar los destinos de la patria de una vez por todas", cerró, entre los aplausos.

A las 9 de la noche, el acto finalizó, tiraron papelitos blancos y celestes y el Tula se subió al escenario a tocar el bombo que le regaló Juan Domingo Perón, que ese día se cumplían el 49 aniversario de su fallecimiento. Les dirigentes salieron a trompicones del escenario de buen humor, convencidos de que, finalmente, el peronismo "se había empezado a ordenar". Más de uno hablaba sobre la posibilidad de ganar las elecciones: "El problema va a ser cuando Massa esté gobernado", ironizó un dirigente, a la salida. 

 

 

Nota P12-Por María Cafferata