Imelde Sanz y Luciano Toledo, representantes de dos generaciones de escritores juninenses, hablan sobre el Día Mundial del Libro 

  • Publicado el 23/04/2019

En el Día Mundial del libro, desde Agenda 365 les preguntamos a una escritora y un escritor juninenses qué significa ese objeto tan valorado para nuestra cultura, en pleno siglo XXI.

Imelde Sanz y Luciano Toledo son plumas de distintas generaciones pero con la misma pasión por la lectura.

 Imelde, de gran reconocimiento en nuestra ciudad, publicó su primer libro, Tiempo, en 1963, y su última obra es Memorias de una ciudadana, de 2017.  Luciano, en tanto, escribió en 2013 Tinta sudaca, de editorial El Asunto y el año pasado presentó El amor en los tiempos de Messi, de Artexto, los cuales acercan a los jóvenes a la experiencia de la poesía.

“Aprendí a leer desde muy pequeñita, en la época que no aparecían otro tipo de entretenimientos y los libros y las revistas que le llegaban a uno era toda la compañía que tenía con el mundo exterior. Por eso, la enseñanza es tan importante, porque son los maestros los que te ponen en contacto con la lectura, y a partir de ahí vos podés ser amigo de los libros”, expresa Imelde a Agenda 365.

Y agrega: “Aquel que es curioso va a agarrar el camino de la lectura como instrumento y entretenimiento personal. Hoy hay otros elementos, celular, tv, que te alejan del libro”. 

Imelde, quien fue secuestrada por la última dictadura cívico-militar, habla desde su experiencia la relación de los gobiernos autoritarios con los libros.

“A mí me tocó esconder libros, separarme de una importante cantidad de libros hermosos que tenía, y lo mismo con los diarios y las revistas que uno iba acumulando. Yo tenía mi biblioteca armada y se me desarmó. A veces pienso, ¿dónde estará ese libro de García Lorca?  Y después recuerdo esa época, y que ya no lo tengo”, cuenta Imelde.

Y asegura: “En todos los países, los gobiernos dictatoriales lo primero que atacaron fueron los libros. Desde su aparición, el libro en la historia de la humanidad es algo que siempre fue perseguido porque no quieren que te instruyas y que estés en contacto con la realidad”.

Por su parte, Luciano Toledo indica a Agenda 365 que “desde la visión de comunicador y mi pulsión por la escritura, también como algo esencial, publiqué dos libros, Tinta Sudaca  y El amor en los tiempos de Messi, y aún creo y confío en la vigencia y permanencia del libro en formato papel. Si bien las nuevas generaciones optan por los soportes y formatos que ofrece el ecosistema digital, prefiero el tacto, el libro en mano, pero sin dejar de cubrir esa pata virtual que hoy es fundamental para la difusión y promoción de toda actividad artística”.

Con respecto a la pregunta de qué significa el libro hoy, Toledo expresa:

“Generalmente ante esta pregunta uno busca ser creativo u original, pero sin demasiadas vueltas poéticas, de un tiempo a esta parte, el libro se ha vuelto una necesidad. Digo una necesidad, como algo elemental, que no imagino fuera de mi vida. El libro es un motivo para volver a casa, esa historia por terminar, el poema por releer, y es también un material de consulta constante, vuelvo siempre a los libros. En una de las tantas mudanzas un amigo me dijo por qué no regalaba los que ya había leído, y es por esa cuestión de retorno constante, de relectura, y también de fetiche hacia el libro como objeto, con ese poder sobrenatural de transportar, de movilizarte a una realidad”.

Por último, dice Luciano: “Me quedo con las palabras de Haroldo Conti cuando le preguntaron por la escritura, pero pueden utilizarse también para el hecho concreto de leer: ‘una sustitución de la aventura’, ese reemplazo de las vidas que no vivimos, pero podemos imaginar”.