La fantasía de la avenida del medio: “Somos Buenos Aires” y el desafío de sortear la polarización
- Publicado el 13/07/2025
“Amontonamiento de dirigentes”. “La tercera vía residual”. “El bulevar del medio”. Los integrantes del flamante frente “Somos Buenos Aires”, la nueva vertiente de centro en la provincia de Buenos Aires, ya las escucharon todas. Pero Facundo Manes, Juan Schiaretti y Emilio Monzó, que lograron cerrar una alianza con el peronismo no K y el radicalismo no M para competir en las elecciones bonaerenses, exudan optimismo: están convencidos de que, detrás de la polarización, se esconde un latente escenario de tercios que no quiere saber nada ni con la bandera de la motosierra libertaria ni con la de Cristina Libre. Y que allí es donde ellos entran.
El cierre de las alianzas fue accidentado y traumático, pero exitoso. Hasta una semana antes, los protagonistas no estaban del todo seguros de si podrían confluir en un mismo frente. Manes, por un lado, había lanzado su espacio “Para adelante” y coqueteaba con Elisa Carrió, Schiaretti y una parte del peronismo bonaerense que habia quedado enojado, por diversos motivos, con la golpeada sociedad entre Máximo Kirchner, Axel Kicillof y Sergio Massa. El intendente de Tigre, Julio Zamora, fue uno de los principales canales de diálogo y ofició de anfitrión de varios encuentros.
Monzó, que se autopercibe como “un beduino en el desierto del centro político”, venía trabajando, por otro lado, en unificar las distintas vertientes. En diálogo permanente con dirigentes como Florencio Randazzo, Margarita Stolbizer, así como varios intendentes del peronismo y del PRO, el armador todoterreno tenía algunas dificultades para acordar con el neurocientífico. Egos, suspicacias, reproches del pasado: los motivos fueron varios. Y, para los comensales que compartían sus cafés y comidas, las discusiones furibundas entre el armador y el neurocientífico se volvieron una postal habitual.
La mayor traba, sin embargo, era la interna radical bonaerense. Manes representaba una de las líneas internas en el radicalismo, fundamentalmente por su alianza con Martín Lousteau, pero es minoritaria. El pez gordo fueron los intendentes, que venían de cerrarle la puerta a la alianza con La Libertad Avanza que había intentado sellar Maxi Abad y que jugaban con la idea de presentarse solos con la histórica Lista 3. No fue hasta que Miguel Fernández, presidente del Comité, y Pablo Domenichi, titular de la Convención, estamparon su firma en la medianoche del miércoles –cuando venció el plazo para presentar las alianzas– que “Somos Buenos Aires” adquirió otra musculatura.
Hubo intentos, a su vez, de sumar a los intendentes del PRO que se resistían a cerrar un acuerdo con La Libertad Avanza, como Soledad Martínez (Vicente López) o Pablo Petrecca (Junín). Hubo reuniones con Néstor Grindetti y Monzó, incluso, conversó en varias oportunidades con Mauricio Macri para intentar convencerlo de sumarse. El ex presidente, sin embargo, se negó. “Es triste, están entregados. El PRO se metió en Pakistán y se dejó los documentos en la entrada. Es la entrega absoluta”, masculla uno de los armadores del frente.
A pesar del rechazo del PRO, la mayoría de los huérfanos de Juntos por el Cambio se sumaron al frente, como el GEN de Stolbizer, el Partido Socialista, y hasta el propio Joaquín de la Torre, el cacique de ultraderecha de San Miguel cuyo hermano, Pablo, había sido expulsado de la Secretaría de Capital Humano. Pero no fue hasta que desembocaron la veintena de intendentes radicales, así como varios jefes territoriales peronistas –como Zamora, Guillermo Britos (Chivilcoy) y Juanchi Zabaleta (Hurlingham)–, que los armadores del espacio pudieron empezar a presumir que la avenida del medio se había ensanchado.
“Esto no es Randazzo jugando solo. Tenemos más potencia, y somos los únicos que podemos ocupar ese espacio, los únicos que podemos representar a los sectores medios que están enojados con Milei pero miran la agenda ‘Cristina libre’ y buscan otra cosa”, explica un intendente que abandonó Unión por la Patria para sumarse al “Somos Buenos Aires”, pero que mantiene buen vínculo con Kicillof.
Y agrega: “El desafío ahora es crear una identidad que nos coloque como una alternativa entre esos dos polos. Nosotros tenemos que ser la garantía de normalidad institucional, pero también de vocación de poder”.
Darle forma al centro político
El fantasma que atormenta “Somos Buenos Aires” es el mismo que atormentó a todas las terceras vías del pasado: el de ser un mero mascarón de proa de un nuevo amontonamiento de dirigentes. El desafío, insisten sus integrantes, es darle forma a la alianza, nutrirla de un discurso y posicionarla como una alternativa clara a los dos grandes polos en disputa. “La carcasa es muy buena, pero hay que darle musculatura”, grafica uno de los creadores de la alianza.
Para algunos, es cuestión de esgrimir la bandera de la “moderación frente a la locura”. Reeditar una suerte de Juntos por el Cambio 2.0 pero sin los vicios del pasado. Para otros, la impronta debe ser la gestión y la territorialidad. “Allá dónde Milei remató a los intendentes del PRO, nosotros los defendemos”, precisa un dirigente radical bonaerense que observa que, de conseguir amalgamar un mismo discurso que interpele a la sociedad, el frente podría sacar más de 10 puntos en la elección bonaerense.
El ojo está puesto, fundamentalmente, en ese 40% de la población que se especula que no irá a votar: los armadores del centro sostienen que, si logran representar a los descontentos de Milei y de CFK, el frente tendrá la potencia para construir un escenario de tercios.
Antes de llegar a esa instancia, sin embargo, “Somos Buenos Aires” tiene que sobrevivir al cierre de listas. Uno de los motivos por los cuales el cierre de las alianzas del miércoles fue tan accidentado fue que, pese a la voluntad de la mayoría de construir una tercera alternativa a LLA y al peronismo, no hubo manera de llegar a un acuerdo en la lógica de la distribución de los lugares. Y, sin acuerdo, la alianza se tambalea.
Algunos de los hitos de la discusión. Los intendentes radicales reclaman, por un lado, encabezar todas las secciones electorales, lo que generó rispideces con muchos de los pesos pesados de las otras fuerzas. Monzó tuvo una discusión por quien encabezaría la Cuarta Sección, y ahora analiza con competirle a Manes por afuera en la elección a diputados nacionales. En la Primera, mientras tanto, los intendentes impulsan a Zamora, lo que genera cortocircuitos con Stolbizer, que también quiere encabezar la Sección.
Estas diferencias amenazan, sistemáticamente, con dinamitar el frente. Motivo por el cual cada uno de los espacios designó lugartenientes para conformar una mesa electoral, que ya se reunió el jueves y viernes. La integran dirigentes como Pablo Juliano, en representación de Manes, Marcelo Daletto, en representación de Monzó, Norberto García, en representación del tándem Schiaretti-Randazzo-, Maricel Etchecoin, en representación de la CC, entre otros.
El objetivo de esta mesa es que la sangre no llegue al río y lograr cerrar una alianza antes que la lucha por los lugares termine implosionando el frente. “Lo que da vida a este espacio es la expectativa que genera. Es la expectativa va a acomodar los egos de los dirigentes”, afirma uno de los integrantes de la mesa electoral, que insiste: “Que digan que somos unos muertos, los dirigentes residuales, pero que camine”.
Nota elDiarioAR-Por María Cafferata