Milei baja retenciones para ganar en Provincia de Buenos Aires y conseguir dólares

  • Publicado el 27/07/2025

En el mismo momento en el que el presidente Javier Milei determinó que «no hay de todo para todos», resolvió que sí hay para la patronal agroindustrial. Esta fue la principal enseñanza que dejó el paso del mandatario argentino por la sede de la Sociedad Rural ayer, al inaugurar la 137° Exposición Rural en el barrio  de Palermo.

Durante su discurso, Milei cargó las tintas en el equilibrio fiscal y atacó con virulencia a los senadores nacionales, quienes aprobaron una semana atrás una cantidad de proyectos, a los que dieron media sanción o transformaron en ley y entre los que se encuentran, entre otros, tanto el aumento de las jubilaciones como el de las pensiones por discapacidad.

«Son genocidas», hiperbolizó Milei, quien, sin embargo, se mostró exultante al atacar el equilibrio fiscal con una disminución de los ingresos del Tesoro por la vía de la reducción de las retenciones a las exportaciones agroindustriales, con lo que beneficia a todo ese sector, desde los dueños de la tierra hasta los vendedores de insumos.

La definición presidencial tiene, además, otras lecturas, más cercanas a las urgencias económicas y políticas de su gobierno. El anuncio busca, por un lado, que el flujo de dólares por las exportaciones no se detenga en los próximos meses y, por el otro, ganar la voluntad política de la masa de habitantes del interior de la provincia de Buenos Aires para consolidar a La Libertad Avanza en las elecciones bonaerenses de septiembre.

La bronca

A fines de junio venció la reducción temporaria de las retenciones a las exportaciones de maíz y soja y sus derivados. La decisión del gobierno nacional de no renovar esa disminución y llevar las alícuotas a sus niveles anteriores generó una bronca que se desparramó como aceite entre los dueños de la producción y la tierra. La consultora Zorraquín & Meneses advirtió en un informe de junio que cundía el «pesimismo» entre los productores por la próxima finalización de la reducción de las retenciones. Con esa decisión ya tomada, a mediados de este mes, una treintena de asociaciones rurales de Buenos Aires y La Pampa agrupadas en Carbap -la asociación más recalcitrante de todas las que componen la Mesa de Enlace- advirtió en términos perentorios al gobierno de Milei que ya no era tiempo de promesas y sí de «decisiones» en un texto en el que habló de «confiscación del Estado».

La Mesa de Enlace -que además de la Sociedad Rural y Carbap, agrupa a las cooperativas de Coninagro y Federación Agraria- alertó al gobierno por este estado de ánimo, que podía tirar por tierra con las expectativas electorales de La Libertad Avanza en las elecciones locales de la provincia de Buenos Aires, a llevarse a cabo en septiembre próximo.

Para La Libertad Avanza, el triunfo bonaerense es una necesidad en el camino hacia la votación nacional de octubre, en la que se juega su destino político.

Los números

Junio terminó con una abultada cifra de venta de granos por parte de los productores a las cerealeras (exportan tanto el grano como los subproductos derivados del procesamiento de la materia prima), que inmediatamente transformaron en ventas externas. Así, las declaraciones juradas (DJVE) sumaron en ese mes más de U$S 8000 millones en exportaciones.

La causa de semejante aluvión fue que hasta el último día de ese mes tenían vigencia las retenciones más bajas. Con el regreso de los niveles impositivos anteriores, la caída del valor declarado en la DJVE fue sustancial: apenas U$S 400 millones en las primeras dos semanas de julio, según advirtió la consultora Equilibra en base a datos de la Secretaría de Agricultura.

Ese era el escenario que enfrentaba el gobierno para el resto del segundo semestre. Corría el riesgo de que una reducción sustancial del ingreso de dólares pudiese impactar con fuerza sobre su valor, ya tensionado por la falta de reservas en el Banco Central y su bajo precio respecto de los bienes en pesos. De allí a una disparada de los precios solo habría un paso. Y todo ello tendría impacto en el humor social en medio de la campaña electoral bonaerense y nacional.

El ministro de Economía, Luis Caputo, minimizó el costo fiscal que tendrá la reducción permanente de las retenciones. Lo calculó en U$S 700 millones, algo así como 1 billón de pesos por año.

Pero ese número no representa el volumen en juego. Según la Bolsa de Comercio de Rosario, los productores ya vendieron 25,2 millones de toneladas de poroto de soja y mantienen en silobolsas otros 22 millones de toneladas que, sumados a los ya vendidos pero sin precio, representan poco más de U$S 7600 millones a precios actuales.

En tanto, en maíz quedan 25,5 millones de toneladas disponibles por un valor estimado de unos U$S 4300 millones, más U$S 850 millones ya vendidos aunque sin pecio fijado.

En el caso del trigo, los productores retienen 8,9 millones de toneladas, valuadas en U$S 1800 millones, con otros U$S 240 millones en granos ya vendidos sin precio firme.

Si todo eso se exportara equivaldría a unos U$S 15.000 millones que arrojarían unos U$S 3500 millones en ingresos fiscales. Con las reducciones anunciadas ayer por Milei, esa cifra caerá en unos U$S 1000 millones.

Cabe recordar que la reducción de las alícuotas de retenciones son las siguientes:

-Soja: baja del 33% al 26%.

-Subproductos de la soja: la alícuota se reduce del 31% al 24,5%.

-Carne aviar y vacuna: la retención disminuye del 6,75% al 5%.

-Maíz: la alícuota baja del 12% al 9,5%.

-Sorgo: la retención se reduce del 12% al 9,5%.

-Girasol: las alícuotas bajan del 7% y 5% al 5,5% y 4%, respectivamente.

Repercusiones

La patronal agroindustrial quedó envalentonada con los anuncios, que en el momento «superaron todas nuestras expectativas», según declararon en el predio de La Rural, y fue por más. «Las retenciones se deben eliminar por completo», dijo Nicolás Pino, mandamás de la Sociedad Rural. Alguno de su entorno se animó a poner una fecha: después del «triunfo electoral del gobierno en octubre».

En el mismo sentido -aprobación y optimismo- se manifestaron los gobernadores Martín Llaryora (Córdoba), Maximiliano Pullaro (Santa Fe) y Rogelio Frigerio (Entre Ríos).

Entre las voces en contra se destacan las de Rodolfo Aguiar, secretario general de ATE. “Nicolás Pino se arrastra ante Milei y le hace el trabajo sucio. La quieren toda para ellos, por eso cuestiona los impuestos, tasas y contribuciones de las provincias y municipios que están fundidos gracias al ajuste nacional. Quieren seguir acumulando riquezas a costa de la pobreza de todo del país”, sostuvo.

Claudio Lozano, titular del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (Ipypp) y dirigente de Unidad Popular, destacó que Milei «define prioridades»: de un lado desfinancia la universidad pública, la educación y la salud de los jubilados y, en simultáneo, «decide bajar las retenciones con un impacto fiscal negativo para el conjunto del presupuesto público» para «privilegiar con mayores recursos al puñado de familias que viven de la renta de la tierra y que no son otra cosa que el sector más parasitario de todos de la sociedad argentina».

Según Lozano, el 80% de la producción agropecuaria de la argentina se hace bajo el sistema de arrendamientos, que garantiza que el 30% de la renta vaya a parar a los que arriendan las tierras. «Consecuentemente, Milei beneficia a parásitos».

En su discurso, el jefe de la Sociedad Rural, Pino, hizo una larga relación de las demandas del sector, pero omitió una: el valor del dólar. Sin embargo, ese olvido es sustancial: de acuerdo con un estudio de Matías Jáuregui, ingeniero agrónomo y productor de la zona de Tandil, el problema de los productores no son las retenciones. Son los arrendamientos agrícolas, que no bajaron, por ser un bien escaso, los precios de los insumos, que se mantienen por estar cartelizados por pocas empresas multinacionales emparentadas unas con otras, y el valor del gas oíl más caro de la región, que encarece los fletes y las labores.

 

 

Nota Tiempo Argentino-Por Randy Stagnaro